domingo, 14 de marzo de 2010

Álvaro Otero - Escritor y periodista: "La bondad y la lealtad son nuestras últimas trincheras revolucionarias"


FOTO:
El escritor Álvaro Otero.
fOTOGRAFO:
Alfonso Lubián
Diario:
FARO DE VIGO


El autor presenta mañana en Vigo su último libro, "El esplendor"

A. SAÁ - VIGO La historia de la amistad entre un adolescente de origen humilde y un joven rico heredero de una gran familia industrial centran la narración de “El esplendor”, la cuarta novela del escritor Álvaro Otero. Avalada por el premio Provincia de Guadalajara de Narrativa 2008, el periodista reivindica en este libro “la bondad como gran virtud para conducirse en la vida”. La Casa del Libro de Vigo será mañana el escenario de la presentación a partir de las ocho de la tarde.

–Ha comentado que “El esplendor” es un homenaje a todos los que han luchado desde los sindicatos y la industria.

–Sí. Galicia es la cuna de los grandes logros sindicales de la España moderna. En los años sesenta, las masas trabajadoras establecidas alrededor del naval, en Vigo y en Ferrol, marcaban la pauta de las reivindicaciones laborales. Y de esa tensión con la burguesía industrial vinieron los grandes avances de los que todos disfrutamos hoy.

–¿Se asimila la situación que describe en la novela con la que se vive ahora en el naval vigués?

–Ni los sindicatos de antes, ni los empresarios, tienen nada que ver. Y diría que, en términos generales, los primeros han ido a peor, y los segundos a mejor, aunque hay de todo. Por no hablar de la violencia gratuita de las manifestaciones en la calle, que el viejo sindicalismo no hubiera tolerado.

–En el libro se suceden, a lo largo de 40 años, sucesos que cambiarían la historia de España: huelgas, dramas, muertes... pero la amistad de los protagonistas se mantiene firme.

–“El esplendor” es un canto a la amistad y a la lealtad. Es un intento de transmitir mi fe absoluta en el individuo y en esa bondad “libre de ideología y hasta de pensamiento” de la que hablaba Vasili Grossman. Hay que reivindicar la bondad como gran virtud para conducirse en la vida y recuperar ese viejo sentido de lealtad al amigo o a la empresa en la que trabajas. La bondad y la lealtad son nuestras últimas trincheras revolucionarias.

–Buena parte de la novela transcurre en el Leningrado de los años 70, pero también es muy viguesa, algo que se comprueba en las descripciones.

–Vigo es una ciudad estéticamente muy potente, un regalo para quien quiera utilizarla como escenario literario o cinematográfico. Pero mi pretensión era contar una historia universal, que trascendiese a la propia ciudad, que fuese más allá de los escenarios en los que se mueve la novela. Todos los escritores llevamos dentro un paisaje que nunca se nos despega del todo, como en mi caso Bueu.

–Ha defendido esta novela desde la primera frase. Cuando comienza a escribir, ¿tiene claro el final o va cambiando a medida que avanza la historia?

–Mientras la escribía tuve que atravesar años muy duros y precisamente por eso, por el entorno de oscuridad en el que fue concebida, esta historia tiene tanta luz. Las novelas son como la vida: a veces avanzan a tientas y otras siguiendo un aparente guión que siempre es frágil y cambiante.

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